Donde una puerta se cierra, otra se abre.
Albergar la ira es como agarrar un carbón hirviendo con la intención
de lanzárselo a alguien. Es uno mismo el que termina quemándose.
Aquel que vive de esperanzas corre el riesgo de morirse de hambre.
Aunque la tormenta sea muy larga,
el sol siempre volverá a brillar entre las nubes.
El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos.
De que le sirve a un hombre haber conquistado el mundo entero,
si ha perdido su alma.
La mente crea el abismo y el corazón lo cruza.
Es inútil volver sobre lo que ha sido y ya no es.
Hay algo más importante que la lógica: la imaginación.
Si una persona es perseverante, aunque sea dura de entendimiento, se hará inteligente; y aunque sea débil se transformará en fuerte.
Aquello que es obvio, no es necesario que sea explicado.
Lo que un hombre piensa de sí mismo, es lo que determina,
o más bien indica, su destino.
Albergar la ira es como agarrar un carbón hirviendo con la intención
de lanzárselo a alguien. Es uno mismo el que termina quemándose.
Aquel que vive de esperanzas corre el riesgo de morirse de hambre.
Aunque la tormenta sea muy larga,
el sol siempre volverá a brillar entre las nubes.
El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos.
De que le sirve a un hombre haber conquistado el mundo entero,
si ha perdido su alma.
La mente crea el abismo y el corazón lo cruza.
Es inútil volver sobre lo que ha sido y ya no es.
Hay algo más importante que la lógica: la imaginación.
Si una persona es perseverante, aunque sea dura de entendimiento, se hará inteligente; y aunque sea débil se transformará en fuerte.
Aquello que es obvio, no es necesario que sea explicado.
Lo que un hombre piensa de sí mismo, es lo que determina,
o más bien indica, su destino.